Europa, 1918. Tras el cese de las hostilidades, los viejos imperios se derrumban y surgen nuevos estados. Los paises beligerantes deben hacer frente a una crisis política, económica y social sin precedentes. Todo ello en medio de una paz frágil, basada en la humillación de los vencidos, que será el germen de los acontecimientos posteriores que llevaron a el mundo a empezar la Segunda Guerra Mundial.
Al final de la Guerra se hablaba de nueve millones de muertos, veinte millones de heridos o inválidos, cuatro millones de viudas y ocho millones de huérfanos, a los que hay que sumar la mortandad provocada por la llamada gripe española, que azotó Europa durante el invierno de 1918-1919.
El alza de los precios que siguió a la guerra redujo el bienestar de las clases medias y bajas europeas, además los paises vencedores impusieron a los alemanes duras indemnizaciones de guerra. Ante esta y otras condiciones de paz, el representante alemna en las negociaciones manifestó que alemania renunciaba a existir. La ejecución de los tratados de paz suponian, además la aparición de nuevos estados europeos. Estos tratados se firmaron en la paz de Versalles .
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